sábado, 26 de abril de 2014

Lluvia

Lluvia


La lluvia riega el mundo, los deseos, los sueños,
la lluvia pilla desprevenido hasta al más espabilado,
al ingeniero, al médico, al abogado, al político,
con mejor o peor talle, con medias de licra,
con bolso de tela o copos de Channel.

En la Patagonia o en Nueva York,
En París, en Montevideo o en Berlín,
escocés, mexicano, italiano o español,
algunos se refugian cuando la lluvia sonríe,
otros se besan, en un íntimo triángulo de amor.

Estos últimos son del género menos común,
verlos es recrearse en una película en blanco y negro,
es sentir el "clac clac" del baile de la pasión.
Mas otros amantes, más prolíferos a la oscuridad,
escuchan desde su habitación el canto de la lluvia,
la observan desde las cortinas que inciden en sus caras,
desnudas al abrazo de los cielos.

Y la lluvia responde a sus miradas alegremente,
manteniendo su cantar, su pausado concierto,
toda la noche y toda la tarde para que los amantes,
en su olvido del mundo exterior, en su entrega interior,
no se cansen de respirar el aliento de su otro yo.

Y así la lluvia se despide, dice adiós,
como los recién conocidos,
amores de un solo sol,
se apaga lentamente...
clac....clac... clac.


  

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