domingo, 22 de julio de 2012

Manifiesto de un soñador

Manifiesto de un soñador

Hay palabras y llantos que nunca duelen. Hay virtudes que modifican el interior y comportamiento de algunas personas. No obstante, algunas siguen así, llevando sobre sus vidas y hombros un yugo pesado, arrastrando una sobredosis de incultura, de hipocresías y falsas realidades. A pesar de ello, la empresa que mis pies preparan se aleja de cualquier instinto capitalista de supervivencia, parte lejos del neodarwinismo económico y prefieren creer en la inocencia, la bondad, la amistad y la lucha.
Es una camino de pies sangrantes, de ánimos enrrevesados, de amores perdidos. Sin pararlo a pensar, esto último a veces resulta la carga más pesada, pues extraer del fondo de mi médula sus besos, ha puesto en jaque mi respiración y resultará más difícil que inyectar las mentiras del poder en mis venas.
He creído durante mucho tiempo que necesitaría mochilas para guardar sus cartas, incluso las que nunca recibí. Pensé alimentarme del ego que sus caricias me aportaron, como nutrientes corriendo de la manera más soez que un ortodoxo pudiese imaginar, en forma de gemidos y sudor ininterrumpido.
Mas, en nimiedades no puedo reparar, nuestra historia ya ella borró. La eliminó, como palestinos en Israel, como anarquistas en la vieja Unión Soviética. Yo me veo en la tesitura de obrar de igual manera, pero vaya dificultad hayo en mis pretensiones, pues en mi mochila no caben sus cartas y sus dientes convirtieron habladurías en oro que cada noche asolan la oscuridad de mi ventana, atormentando un paisaje que nunca más volveré a ver, o que se extinguirá en la oscuridad de las catacumbas a las que me hundió. Vaya, los recuerdos de un soñador harían correr ríos de tinta bajo una pluma experta, al servicio de una mente sagaz, mis torpes oraciones no estremecerán cada milímetro de su blanquecina y fina piel, esas que mis huellas marcaron.

Sí, en la juventud pocos amores marcan, que no sea porque a mi temprana edad no haya conocido los placeres de la carne. Voto a tal que ha sido así, no ya pocas veces. Sino, porque ese castigo ha sido hecho realidad por Dios, sus arcángeles o cualquier ser o ave mitológico. Creo que serían más reales que la democracia en la que morimos y nos ahogamos.
Jamás podré ser suyo, jamás será mía, porque no pertenecemos a nadie. Sólo caminamos, uno junto al otro, en igualdad de condiciones. Así la concebí, como compañera de viaje, un largo camino de risas y odios; caídas y desfallecimientos; suspiros y silencios. Pero jocosamente hizo un alto en el camino, se separó y prefirió desenvainar su hacha y cortar la mala hierba y los rosales por si misma. Hacer camino sola, dando la razón a Machado, pues el camino se hace al andar.
Yo no me quedaré de brazos cruzados. También he desenvainado mi navaja y voy a quitar las hojas verdes que se interpongan en la esperanza de vivir de pie; suficiente lo he hecho de rodillas. La echaré de menos, mentiría si afirmase lo contrario, el sol y la luna atestiguan las lágrimas que las sabanas y mi colchón han sofocado, sintiendo su ausencia.


A pesar de ello, bien saben mis amigos que no han sido sólo las mujeres las que han ocupado mi vida y mis pensamientos. Estos han sabido ir más allá, volando entre las raíces, la rabia y los sueños. La volatilidad de las ideas y el agobio propio antes las injusticias, me han marcado desde una temprana existencia. Intentando no dejar perpetuar la existencia de ogros y demonios vestidos de Prada y Gucci. Es inútil querer parecernos a ellos, sería arrojar la moralidad al vacío más profundo, a las propias entrañas de la tierra. Sería desperdiciar la educación de mis progenitores. Pero es momento de que hagamos temblar a los medios de producción y manipulación. Es momento de empezar a crecer, salir del cascarón, romper nuestros yugos y lanzar vivas a la libertad, alto. Muy alto. Que nos oigan en sus yates y palacios. 

Por ello, dejo a mis escritos como una única arma arrojadiza a sus misiles, a sus tanques, a sus rifles y bombas atómicas. Peor aún, dejaré mis escritos como alternativa a una educación tradicional, de esos miserables que se hacen llamar maestros. Estos los he hallado en las frías calles de capitales esperpénticas y pocas veces en las aulas como catedráticos. La sabiduría no siempre se mide en la capacidad por conocer palabras y conceptos raros de física cuántica o filosofía kantiana. Aún más, estos sabiondos de artículos y libros de Harvard y Oxford, sólo ayudan a preservar uno de los peores crímenes perpretrados por la humanidad: la propiedad y la riqueza. El poder, que corrompe a quien toca, ha facilitado la extensión de estas ideas de respeto al multimillonario. Peor, sumisión al mismo, cuando sus garras afiladas han reventado la burbuja de nuestra libertad, nos arrodilla a sus pies y se divierte.
Conjunción poder-riqueza, se convierte en un binomio inseparable, en oxígeno y agua para el capital y la esclavitud, que llaman bolsa de trabajo, oferta y demanda.
Cuanto queda por hacer... aún sin olvidar a los olvidados. A esos miles de seres que nadan en la miseria moral que sus cuerpos han sido convertidos, desde un discurso del poder han sido transformados en monstruos de la sociedad. En poco menos que canibales o suicidas. Me refiero, por supuesto, los homosexuales, sin techos, pobres, drogodependientes, ateos, creyentes discordantes, libres pensadores, animales no humanos y un largo etcétera. En palabras sencillas: los perdedores. 

Ante tal panorama, mis ojos solo ven una cosa: el horizonte. Más allá, aún no veo nada más. Lo divisaré cuando mis pies dejen de ser de plomo, y sean tan gráciles como los de Hermes.
Sólo puedo hacer una cosa: coger mi mochila, atarme la manta a la cabeza y seguir hacia delante. Tal vez, al otro lado del camino o un poco más adelante, nuestros dedos se vuelvan a entrelazar.

Jörg Karwinkel. 20 septiembre, 2025.


V.K                                         

viernes, 20 de julio de 2012

Gotas de sangre

Gotas de sangre

Luces, sombras.
Un sofá en mi espalda,
dos piernas atan mis sueños,
pupilas y lunas
eclipsan nuestros labios.

Murmullos y silencios,
sin respuesta a mis "te quiero",
fuego incandescente, pasiones
que ya no despiertan.

Todo pasa rápido,
aprisa, tanto que demasiado,
ya no eclipsas mi boca
ya no miro en tus lunas,
un desierto rodeado de ausencia

V.K

miércoles, 18 de julio de 2012

Demian: Historia de la juventud de Emil Sinclair-Hermann Hesse

Demian

Otra psicológica y analítica obra del alemán Hermann Hesse. Esta novela, publicada en 1919, relata la historia de tres vidas, que realmente parecen dos e, incluso, una sola. La juventud de Emil Sinclair, marcada por el joven Max Demian.
Para Emil Sinclair, hijo de una familia acomodada, el mundo tenía dos matices: el mundo del hogar, familiar, asociado con la bondad, el amor. Y el mundo oscuro, de las tinieblas, asociado con los instintos más bajos del ser humano. Su juventud se verá marcada por la aparición de un interesante joven: Max Demian. 
A lo largo de la juventud de Sinclair, este joven aparece y desaparece en su vida. Al menos físicamente, su influencia está ahí permanentemente.
No obstante, el reencuentro se produce definitivamente. Y allí conoce a la madre de Demian, Frau Eva. Allí, con ellos, inicia un proceso de búsqueda interior, de crecimiento personal y donde manifiestan su deseo por cambiar una sociedad corrupta y embrutecida. Hasta que llega la guerra, y ambos deben de partir al frente...

Una novela marcada por la búsqueda del yo interior, muy en la línea de sus dos otras grandes novelas, "El lobo estepario" y "Siddharta" Una novela basado en el auto análisis, la crítica interna y externa. Una dualidad constante, polos opuestos que conviven eternamente... Una magnífica historia que deja maravillado. 

Y el autor...

Este novel de literatura de 1946, nació en Alemania en 1877 y murió en 1962. Escritor, poeta, ensayista... personalmente, creo que es uno de los mejores escritores del siglo XX. Sus personajes tienen siempre un toque profundo, distinto, con una personalidad más que propia. 




miércoles, 11 de julio de 2012

Nuestro silencio

Nuestro silencio

Hay caricias que no se apagan,
palabras que nunca se van,
besos que ni tercetos,
romances o versos alejandrinos,
describir pudieran.

Hay ojos clavados en el alma,
silencios profundos en la memoria,
palabras para ti enterradas,
palabras olvidadas en el desván,
marchitándose, oxidándose.

Como tu odio y mi despego
a las rosas rojas, aún  lo recuerdo.
Parece que fue hace mil milenios
la última vez que sonrieron tus ojos,
y mi sangre roja, manchaba tu boca.

Ni mil tercetos ni canciones
podrían minar mis recuerdos.
Y mientras mis dedos se derriten,
los versos se extinguen
en el silencio. Silencio eterno...

V.K

lunes, 9 de julio de 2012

Qué leer?? El nombre de la Rosa

El nombre de la Rosa

Es una de esas obras en las que no permite que te separes del libro nunca, incluso es obsesiva. Yo durante una semana estuve obsesionado con ser monje!!! Luego se me pasó la tontería.
Bueno, el libro trata la historia de Guillermo de Basquerville, un genio, un científico, un filósofo, quien usa un método racionalista para descubrir una serie de crímenes, incluso usando unos aparatejos muy curiosos que se irán describiendo a lo largo del libro. Por cierto, Guillermo es un monje de la orden de los franciscanos y la abadía donde ocurren todos estos asesinatos se encuentra en el norte de Italia y es una abadía benedictina. 
Por otra parte, tenemos al joven Adso, un novicio de la orden de los benedictinos. La obra se supone que forma parte de sus memorias que, ya siendo anciano, escribe para transmitir al mundo esos días que vivió en esa abadía, la cual le influyó mucho en su vida.

Por otra parte, Guillermo es un legado imperial cuya misión es intentar llevar a cabo un encuentro entre el emperador y el Papa, en esas luchas interminables entre el Papa y el Imperio. Aquí también Guillermo pondrá a prueba sus conocimientos y experiencia a servicio del emperador. Aunque realmente lo hace en pro del mundo cristiano. 

Una trama que se desarrolla durante el primer tercio del siglo XIV. Tenemos todo tipo de elementos: historia, intriga, asesinatos, misterios, libros y conocimientos perdidos, herejías... por haber, tenemos hasta sexo! 

Por supuesto, se puede ver la película, pero es recomendable leer antes el libro. 

Y el autor es...

Por supuesto, el gran Umberto Eco., filósofo, escritor, estudioso de la alquimia... vamos, un sabio!! No podría escribir otra novela y por supuesto, está más que a su altura. Es una de esas obras que hay que leer antes de irse al lado oscuro!!! 

martes, 3 de julio de 2012

Dos versos de tristeza. Dos versos de melancolía

Dos versos de tristeza. Dos versos de melancolía

Y mil lunas se caen,
sus lágrimas siento.
Frías, como silencio.
Duras, como tus besos.

V.K