Hombres
de madera
Por
las calles caminaba,
Un
hombre de azul hallé.
-Disculpa,
¿tiene hora?-
Ingenuo
pregunté.
Su
mirada era impasible,
Así
como su rostro también,
Era
grande y coloso,
Como
otros no hallé.
“Será
un muñeco de cera”
Deduje
y me alejé.
Más
tarde con una porra
Y un
casco al hombre de azul
De
nuevo en la calle hallé.
Golpeaba,
golpeaba,
Como
si fuéramos papel cuché.
Esta
vez muy alto le hablé,
El
de azul impávido de nuevo encontré.
“Será
sordo… o de madera, tal vez”
Esta
vez es lo que imaginé.
El título del poema es una inspiración de un artículo de Henry David Thoreau títulado "Desobediencia civil"