Las profesiones
Las profesiones me traen de cabeza,
se supone que tenemos que tener alguna,
aunque sea abogado, barrendero o
maceta.
Pero verán ustedes, y perdonen mi
ultranza,
y es que hay profesiones que me gustan
y otras que enviaría al carajo de
buena gana,
Y que los vecinos de aquél lugar me
perdonen
Por ejemplo, soñador, viajero...
o cazador de sueños entre sábanas
blancas.
Y así, poner una pequeña mallita,
¿saben ustedes?
Y atrapar las terribles pesadillas para
siempre,
esos terribles monstruos que nos
azotan.
Tampoco me importaría ser catador de
nubes,
las imagino cual blandos colchones
blancos
donde remolonear o simplemente bailar,
probar su eficacia y decirle al señor
fabricante:
"estos colchones buenas lluvias
traerán,
pardiez que sí señor creador de
nubes"
Pero de todas ellas me vuelve loco ser
amante.
De hecho fue mi último empleo, pero
fui despedido,
se me comunicó fin de contrato,
finiquito y vacaciones,
váyanse ustedes a figurar, ¿no
conocerán un puesto para mi?
Experiencia no tengo mucha, pero empeño
pongo,
aprendo rápido y ganas no me faltan,
¿referencias?
No hagan ustedes caso, son inestables y de
poco fiar.