Nuestro silencio
Hay caricias que no se apagan,
palabras que nunca se van,
besos que ni tercetos,
romances o versos alejandrinos,
describir pudieran.
Hay ojos clavados en el alma,
silencios profundos en la memoria,
palabras para ti enterradas,
palabras olvidadas en el desván,
marchitándose, oxidándose.
Como tu odio y mi despego
a las rosas rojas, aún lo recuerdo.
Parece que fue hace mil milenios
la última vez que sonrieron tus ojos,
y mi sangre roja, manchaba tu boca.
Ni mil tercetos ni canciones
podrían minar mis recuerdos.
Y mientras mis dedos se derriten,
los versos se extinguen
en el silencio. Silencio eterno...
V.K
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