sábado, 20 de octubre de 2012

Gotas...


Gotas

La lluvia se alza, no protesta,
no calla la irreverencia de sus aguas,
es tan feroz como la de nuestros cuerpos,
que se hunden en nuestra soledad,
la soledad de nuestras respiraciones.

La cama gruñe, acompaña,
teje la miseria externa,
esa que nuestra desnudez olvidan,
para no poder callar más
los besos que tras hoy,
en mucho tiempo no daré más.

Tu aliento roza mi cuello,
mis manos mi espalda desnuda,
los rayos acallan mis ojos,
esos que te miran de inusitada ternura,
esa que no daré a nadie más.

Las gotas sobre nuestro tejado cae,
pero nuestro lecho suspira pasión,
pasiones ahogadas en otras almohadas,
se olvidan bajo nuestras sábanas,
esas que callarán de nuevo tus secretos.


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